5 may. 2009

GLOBOTERROR: UN PROBLEMA DE SALUD MENTAL

Los expertos han definido la patología de la Disociación Psicótica como “un proceso de manejo de códigos psicológicos donde se crea en el subconsciente del individuo una realidad ficticia, en la que todos los males, y por ende todo lo negativo que le sucede, proviene de una sola causa o de una sola persona.” En Venezuela, los amos de las telecomunicaciones, realizan campañas, no para prevenir enfermedades, sino con el fin de enfermar mentalmente a determinado colectivo. Una campaña organizada, financiada y promovida, de manera sistemática y reiterada. Esta patología provocada, logró alienar a los individuos, para alejarlos de un mundo real y sumergirlos en un mundo inventado, ficticio, lleno de mentiras. Las personas en esta fase de la enfermedad, no pueden, ni son capaces de ver otra información, otro canal de noticias, que no sea aquel o aquellos que le crearon la misma enfermedad. Los convirtieron en viciosos, dependientes, en drogomediáticos. Quizá en algún momento, a alguien se le ocurra crear algo así como la DPA (Disociados Psicóticos Anónimos). Y aunque esto parezca un chiste, es muy serio. Algunos pocos millones de venezolanos están enfermos mentalmente. El cerebro, es el órgano más complejo de nuestro cuerpo. Miles de millones de neuronas se asocian en una intrincada red que sustenta las innumerables funciones de este maravilloso “centro de computación”. Así, muchos seres humanos son condicionados de forma social, política o religiosa, sin darse cuenta que han sido víctimas de grupos de poder oculto, que practicaron con ellos unas técnicas, cuyo fin ha sido anular la personalidad individual...Ya no son ellos, sino un lastimoso grupo de personas que no deciden por sí mismos. Un grupo de seres con inmadurez psicosocial y carencia de mecanismos de control. La presión de una información supersticiosa y aberrante, genera tasas elevadas de paranoia colectiva, pues siendo el ser humano proclive a la sugestión, llega a aceptar a veces como verdades irrefutables, las patrañas más insensatas e ilógicas. Y es allí, donde el cerebro, que lamentablemente no puede lavarse como se hace con la ropa sucia, el cerebro manipulado, al final se rompe. Hay toda una serie de técnicas para alienar al cerebro. Una de ellas, es la llamada Frenoclastía. Haciendo un símil, imaginemos un rompecabezas al que se le han suministrado piezas falsas para que la figura quede distorsionada; la Frenoclastía, revuelve las piezas ya integradas y conforma otra imagen distinta. La otra, es el Efecto Válvula. Es la técnica más usada por los manipuladores de cerebros, desde los padres autocráticos y facilistas, hasta las modernas intimidaciones religiosas. Consiste en someter al sujeto a un bombardeo de ideas inspiradoras de temor, confusión, amenaza, riesgos, etc. En Venezuela, la manipulación de cerebros llegó a tal punto, que esos sectores disociados, han llegado al extremo de creer que la solución a todos sus males pasa por matar al presidente. No se escuchan ni a sí mismos, por eso cacerolean; enferman a los niños, al entorno y a la propia naturaleza. Para mostrar lo positivo de nuestro país, de sus comunidades, de nuestro pueblo, de nuestras costumbres, de nuestra moral, es de esperar que aquellos que están enfermos , puedan recuperarse y con el CIERRE DE GLOBOVISIÓN, comience la desintoxicación mediática.
Martha González